tag:blogger.com,1999:blog-4755434792791626772024-03-12T19:25:00.269-07:00David Le Breton en Argentinapensar el cuerpoFundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.comBlogger15125tag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-12176428917401251092010-07-21T08:21:00.000-07:002010-07-21T08:21:22.852-07:00Entrevista a David Le Breton (Diario La Nación)<b><span class="titulo">David Le Breton: "Internet es el universo de la máscara" </span></b> <br />
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<span class="bajada">Nos sentamos frente a la PC para interactuar en un mundo virtual en el que el cuerpo parece ser visto como un accesorio prescindible. Pero sin cuerpo perderíamos la sensorialidad del mundo, su sabor, reflexiona el sociólogo y antropólogo francés.</span>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-9078230507732386162009-06-01T05:27:00.000-07:002009-06-25T11:43:58.030-07:00David Le Breton y La Fábrica del Cuerpo<span style="color:#009900;">Por <strong>Carlos Trosman</strong>, Psicólogo Social; Corporalista<br />Publicado en “Kiné, la revista de lo corporal” en diciembre de 2008.<br /></span><br /><span style="color:#ff6600;">David LE BRETON es profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Ciencias Humanas Marc Bloch de Estrasburgo, Francia, Doctor en Sociología de la Universidad de Tours (1982), y de la Universidad Paris 7-Jussieu (1988). Desde 2006 es miembro del Instituto Universitario de Francia.<br />Este investigador francés de 55 años ha escrito 21 libros, muchos de ellos traducidos a los más diversos idiomas: español, portugués, rumano, árabe, italiano, coreano, alemán y turco. De sus obras, los títulos más conocidos en Argentina son Antropología del Cuerpo y Modernidad, La Sociología del Cuerpo, Antropología del Dolor, Las Pasiones Ordinarias. Antropología de las Emociones, El Sabor del Mundo. Una Antropología de los Sentidos, Adiós al Cuerpo y El Silencio.<br />Conocí a Le Breton en octubre de 2005, en el II Congreso Internacional “El Cuerpo Descifrado”, en México DF, donde asistí en representación de “Kiné, la revista de lo corporal” de Argentina. Le Breton dictó su Conferencia Magistral “Adiós al Cuerpo”, que desató polémicas ya que muchos asistentes pensaban que en su teoría respecto de un cuerpo virtual, el tercer mundo estaba excluido y, según esta opinión, esto no se verificaría en Latinoamérica donde las computadoras todavía pueden considerarse como un artículo suntuario, debido a que muchas necesidades básicas están insatisfechas en la población y el hambre denuncia con rigor la existencia del cuerpo “real”. Le Breton aclaró que su intento era hacer una antropología descriptiva y que asistimos a un borramiento del cuerpo.<br />Este camino de ruptura del hombre con su cuerpo comenzó, según dice en su libro Antropología del cuerpo y modernidad, en 1543 con la aparición de “La Fábrica del Cuerpo Humano”, donde el anatomista Andreas Vesalio muestra a través de minuciosas descripciones y grabados los huesos, músculos y órganos del cuerpo humano, fundando la concepción moderna del cuerpo. En la antigüedad y en las culturas “primitivas” o aborígenes, el cuerpo era parte del cosmos. No pertenecía en forma exclusiva a la persona sino que “era” la persona. El cuerpo estaba construido con los elementos de la naturaleza y por eso participaba del entorno como un elemento más. A partir de Vesalio, el cuerpo dejó de ser la persona para convertirse progresivamente en un objeto deshumanizado, como una máquina. Esto se manifiesta en la actualidad con la hiper especialización de la medicina, donde hay especialistas en partes cada vez más pequeñas y se pierde la visión de conjunto del cuerpo de la persona. Esta idea de máquina “mejorable” es el sostén ideológico de las cirugías estéticas, de la industria farmacéutica orientada al “bienestar”, de las fantasías de “juventud eterna” y de los transplantes de órganos. El paso siguiente ha sido pensar que se puede prescindir de este cuerpo tan imperfecto que nos ata al dolor, al envejecimiento y a la muerte, y pasar a algún tipo de “ciberexistencia” borrando definitivamente al cuerpo, a la carne del cuerpo, para poseer un cuerpo virtual que cada uno elija como le venga en gana, escapando a las limitaciones de la condición humana.<br />Dos años más tarde David Le Breton presentaba la edición mexicana de su libro Adiós al Cuerpo en el III Congreso Internacional “El Cuerpo Descifrado”. Como colaborador de la organización, fui a buscarlo al aeropuerto el día de su llegada. Cuando lo ví salir de Migraciones, flaco, alto, desgarbado y sonriente, sólo traía una pequeña mochila. Después supe que ese era todo su equipaje… siempre. Caminamos hasta el subte, ya que prefería viajar en “lo popular”, mientras charlábamos animadamente. Le comenté que ni siquiera sé manejar y que siempre prefiero tomar el subte y caminar. Esto lo entusiasmó y me contó de su libro El Elogio de la Caminata, explicándome que su práctica habitual, en cualquier país del mundo, es viajar en subte y caminar. Le pregunté cómo había comenzado su interés por la investigación del cuerpo. Me sorprendió su respuesta: de muy joven, tuvo una experiencia de mochilero transhumante que lo llevó un tiempo a Brasil, donde terminó viviendo en las calles y “maltratando su cuerpo”. Esta etapa de su vida le despertó curiosidad, y, buscando respuestas comenzó su investigación cuyo primer trabajo fue su tesis de doctorado, que resultó ser la base de su primer libro Antropología del Cuerpo y Modernidad.<br />De apariencia casi zen, vestido con ropas simples y siempre con su pequeña mochila, a Le Breton le encantaba perderse caminando entre la multitud… solo. Otro dato importante es que no usa teléfono celular. Creo que esta forma de vivir de Le Breton, esta práctica cotidiana, muestra su posición política, su propia concepción del cuerpo desde donde realiza su investigación de “antropología descriptiva” del tema de su investigación: el cuerpo en el mundo y, en su forma de describir, da su opinión.</span>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-12379509933426444752009-06-01T05:24:00.000-07:002009-06-25T11:43:58.030-07:00DAVID LE BRETON: UN ARGONAUTA DEL CUERPO<span style="color:#009900;">por Carlos Trosman<br />Psicólogo Social. Corporalista<br /></span><a href="mailto:carlostrosman@gmail.com"><span style="color:#009900;">carlostrosman@gmail.com</span></a><span style="color:#009900;"><br />Para la revista Campo Grupal de diciembre de 2008.<br /><br /></span><br /><span style="color:#009900;">“El cuerpo es una realidad cambiable de una sociedad a otra: las imágenes que lo definen y que le dan sentido a su espesor invisible, los sistemas de conocimiento que intentan dilucidar su naturaleza, los ritos y los signos que lo ponen en escena socialmente, lo que puede llegar a hacer, las resistencias que le ofrece al mundo, son asombrosamente variados, incluso contradictorios para nuestra lógica aristotélica del tercero excluido, por la cual si algo se verifica, su contrario es imposible.” (D. Le Breton, “La Sociología del Cuerpo”).<br /></span><br /><span style="color:#ff6600;">En su búsqueda por comprender, clasificar y opinar acerca de la complejidad que llamamos cuerpo, la curiosidad antropológica de David Le Breton lo impulsa a escribir un libro tras otro (lleva escritos 21 y tiene 55 años) y a viajar permanentemente por el mundo dictando conferencias y seminarios, cual un moderno Ulises en busca de Ítaca, recorriendo lugares y culturas que abonen su investigación, sabiendo que jamás llegará a una definición unívoca del cuerpo, que cada puerto abrirá nuevos sentidos y que lo importante es el recorrido, la búsqueda que produce encuentros, y difundir su trabajo de indagación acerca de los múltiples sentidos del cuerpo y deconstrucción respecto de la concepción hegemónica que pretende ser universal y natural y reduce al cuerpo a una máquina biológica que poseemos y podemos mejorar. Oponiéndose a esto: “Por suerte estamos hechos de carne”, dice Le Breton.<br /><br /><br />“Porque tenemos la suerte de ser de carne”, me escribió en la dedicatoria de la edición mexicana de su libro “Adiós al Cuerpo”. Esa frase pinta su punto de vista en torno a la complejidad del objeto de su investigación, el cuerpo, y enuncia su ideología.<br />Conocí la obra de Le Breton leyendo la edición argentina de su libro “Antropología del Cuerpo y Modernidad”. Encontré gran cantidad de coincidencias en la orientación de su investigación con la que veníamos llevando a cabo un grupo de profesionales de lo corporal desde la revista “Kiné”. Allí escribimos junto a la Psicóloga Social Gabriela Marquis el artículo: “Cuerpo, nada de lo humano le es ajeno”, donde planteamos que el cuerpo es una construcción cultural y representa un límite o borde permeable entre el mundo interno y el mundo externo, además de un límite vital ante el envejecimiento y la muerte. Luego, en las Primeras Jornadas Latinoamericanas de Psicología Social en 1996, presentamos el Taller “La construcción cultural del cuerpo”, basado en esa publicación.<br />Desde los años 80, en la Escuela de Psicología Social intentábamos definir al sujeto como “bio-psico-social”, incluyendo de este modo la dimensión del cuerpo, y en otros ámbitos surgieron otras interpretaciones que lo definían como “bio-psico-social-espiritual”, agregando más elementos de discusión a la cuestión.<br />En el MoTrICS (Movimiento de Trabajadores Corporales para la Salud), agrupación que integré participando de las Comisiones Organizadoras desde 1994 a 2002, trabajamos en la investigación del cuerpo como un nuevo campo epistemológico sostenido por técnicas y prácticas que intentábamos que se mostraran y dialogaran para encontrar definiciones, coincidencias y diferencias.<br />Hacíamos permanente la invitación a otras ciencias y disciplinas, tejiendo una trama interdisciplinaria y transdisciplinaria para intentar abordajes múltiples que ayudaran a pensar y a jerarquizar nuestras prácticas corporales.<br />Ese trabajo arduo y extenso, con momentos de mucha gratificación y momentos de agotamiento (sostuvimos un Encuentro Anual desde 1993 a 2002, incluyendo un Primer Encuentro Latinoamericano en 2000), comenzó unos 10 años antes (en 1983) y continúa aún luego de la disolución de dicha Asociación.<br />La producción del MoTrICS incluía no solamente a los Encuentros Anuales, (donde coexistían Mesas Redondas, Talleres Vivenciales, Ponencias Reflexivas y números artísticos), sino también Grupos de Investigación, Talleres Mensuales (donde confluían 2 o 3 técnicas trabajando sobre un mismo tema), Ateneos Clínicos (se discutían casos de la clínica corporal desde un panel conformado por distintas disciplinas), trabajo en hospitales públicos desde el Área de Comunidad, y un Área de Publicaciones que editaba una revista para cada Encuentro y materiales de los Ateneos Clínicos y de los Grupos de Investigación. Aún no existía el IUNA (Instituto Universitario Nacional de Arte) y recién comenzaban a oficializarse las primeras carreras terciarias de técnicas corporales (aunque ya la Expresión Corporal había adquirido ese status). Tal trabajo continúa de múltiples modos, incluyendo al grupo “Movida”, heredero del Área de Comunidad que prosigue en Hospitales Públicos, y al “Diálogo entre Clínicas”, que llevan adelante Mónica Groisman y Liliana Singerman, inspirado en los Ateneos Clínicos del MoTrICS. “Kiné, la revista de lo corporal”, se ha instalado como el espacio de encuentro y reflexión específico de este campo, lo que ayuda a sostener una identidad, y se han ido multiplicando las obras de autores nacionales e internacionales sobre el tema “cuerpo”, tema que va ganando cada vez más espacio en los medios.<br />Desde esta perspectiva histórica, me encontré con la obra de Le Breton. En su libro “Antropología del cuerpo y modernidad” Le Breton plantea una contradicción básica entre las concepciones del cuerpo en la antigüedad y en la modernidad. Explica cómo las culturas antiguas, primitivas, aborígenes, tradicionales, precapitalistas, conciben al cuerpo como una expresión indisoluble del cosmos, (un universo de energía sumergido en un universo de energía postulan los chinos). El cuerpo como algo que uno es y al que le presta un rostro para diferenciarse de los demás, pero que incuestionablemente pertenece a la comunidad y al cosmos. Un cuerpo que no es un borde, sino una unión con el resto de la creación. En la modernidad “El cuerpo deja de hablar por el hombre cuyo rostro lleva: se establece la diferencia entre uno y otro.” (D. Le Breton, “Antropología del Cuerpo y Modernidad”). El cuerpo es separado del sujeto, de la vida. Se vuelve un objeto que se puede estudiar, diseccionar, y, con el tiempo, corregir y mejorar, como sugieren los sistemas de medicina modernos y el auge de las cirugías estéticas. En este libro plantea como un hito de esta concepción moderna del cuerpo al tratado “De Humani Corporis Fabrica” (La Fábrica del Cuerpo Humano) de Andreas Vesalio, aparecido en 1543. Tenía 700 páginas con 300 grabados de anatomía para los cuales contó, sin ninguna duda, con modelos… muertos. O sea cadáveres, seguramente de condenados a muerte. Sin embargo, Vesalio (o el artista que realizó los grabados, aparentemente un alumno de Tiziano) no pudo abstraerse completamente a la humanidad que supone un cuerpo, aunque esté diseccionado y muestre sus huesos: “los desollados de Vesalio toman las poses de los actores convencionales de la Commedia dell’arte.” (D. Le Breton, idem). Esta coexistencia de concepciones del cuerpo, la antigua donde el cuerpo está indisolublemente ligado a lo que somos (y siempre sugiere la presencia de una persona), y la moderna, donde ya el cuerpo no es parte de la naturaleza y de la comunidad, (sino que se transforma en un bien que poseemos, en una máquina que se puede escudriñar, reparar y mejorar y a pesar de cuyas imperfecciones existimos), también puede apreciarse en otros anatomistas como Albinus, quien trabajó durante 20 años, la mitad de ellos con la ayuda del artista Jan Wandelaar, para publicar sus dos obras “Tabulae Sceleti et Musculorum Corporis Humani” (Mapa del esqueleto y los músculos del cuerpo humano), publicada en 1747 y “Tabulae Ossium Humanorum” (Mapa de los huesos de los humanos), publicada en 1753 . Estas obras cuentan con finos grabados, que cuando retratan el esqueleto o el cuerpo completo, o una parte “importante” como el tórax, aparecen humanizados por paisajes de fondo o animales que se ven en segundo plano, y resaltan la actitud vital del esqueleto que aparece casi en movimiento, vivo.<br />“La medicina moderna nace de esta fractura ontológica y la imagen que se hace del cuerpo humano tiene su fuente en las representaciones anatómicas de estos cuerpos sin vida en los que el hombre no existe más.” (D. Le Breton, idem).<br />Es en esta fractura que se asienta el concepto capitalista de posesión, de patrimonio: “tenemos” un cuerpo que entonces es un bien de consumo, que puede permanecer “sano” (como un ideal inexistente e inalcanzable) y eterna y permanentemente joven y potente. Invertimos entonces tiempo y dinero en el Banco del Cuerpo Perfecto consumiendo medicinas prepagas, gimnasias de última generación, cosméticos “científicamente comprobados” para combatir las arrugas, comidas bajas calorías, cirugías estéticas y “cosméticas”, e inclusive transplantes de órganos. El cuerpo entonces es algo que depende del dinero: pagando puedes esculpir tu cara con los rasgos de los actores o actrices famosos, cambiarte la sangre una vez por año como se murmuraba de Mick Jagger entre los drogadictos del barrio, o fabricarte un clon (esto último es ilegal, les advierto) para ir transplantándote sus órganos a medida que envejezcas, sin tener problemas de compatibilidad. Es la cultura de la imagen. Ya no es importante ser fuerte para realizar un determinado trabajo y ser respetado en la comunidad, sino que ahora “haber recibido la gracia de los dioses” significa tener una imagen agradable acorde con los paradigmas del lugar y de la época, que pretenden ser universales, y que nos garantice el éxito social y económico. Y si no has recibido esa gracia, pues te la fabricas, como sugiere el “body building”, (construcción o edificación del cuerpo) que es como llaman los norteamericanos al físico culturismo.<br /><br />En otro de sus libros: “La Sociología del Cuerpo”, Le Breton plantea fuertemente que el cuerpo es una construcción simbólica de ningún modo unívoca y advierte del peligro de la sociobiología que intenta explicar las conductas sociales a partir del cuerpo, siempre buscando los genes de la inferioridad social o de la delincuencia o de la drogadicción, intentando presentar el orden social como una consecuencia natural determinada por cuestiones orgánicas y genéticas. Argumento que Adolf Hitler utilizó con ganas para demostrar que pertenecían, él y sus secuaces, a una raza superior, y que “los inferiores” por ellos designados, podían ser exterminados sin remordimientos ya que no alcanzaban el status de humanos. “La anatomía es su destino. El cuerpo deja de estar moldeado por la historia personal del actor en una determinada sociedad: por el contrario, para el racista, las condiciones de existencia del hombre son los productos inalterables de su cuerpo.” (D. Le Breton, “La Sociología del Cuerpo”).<br />Esta concepción xenófoba del cuerpo, que pretende justificar las diferencias sociales desde determinaciones orgánicas, se manifiesta también en relación a los “discapacitados”: “…se habla de ‘discapacitado’, como si en su esencia de hombre estuviera el ser un ‘discapacitado’ más que el ‘tener’ una discapacidad.” (D. Le Breton, idem). Es así que en los diarios vemos noticias como: “un sordo salvó a un niño de ser arrollado”, o “un ciego devolvió una billetera repleta de dinero”. Su condición humana se ve subsumida a su discapacidad. “La alteración se transforma socialmente en estigma, la diferencia engendra el diferendo. El espejo del otro ya no sirve para iluminar el propio. A la inversa, su apariencia intolerable cuestiona por un momento la identidad propia al recordar la fragilidad de la condición humana, la precariedad inherente a toda vida.” (D. Le Breton, idem).<br />Los malabarismos del lenguaje para nombrar la condición de discapacidad y a los sujetos que la poseen, ya son un indicador de lo difícil de abordar que es esta diferencia. En los grupos de amigos, especialmente los que inician a partir de la adolescencia, quien usa muletas es “el Rengo”, quien tiene dificultades auditivas es “el Sordo”, está “el Mudo” y “el Tarta” (el tartamudo) y el que no ve es “el Ciego”, así, sin eufemismos. Del mismo modo que el pelirrojo es “el Colorado”, el flaco es “el Flaco”, el gordo es “el Gordo” y el de poca estatura “el Petiso” y así sucesivamente. Los rasgos particulares de su esquema corporal son parte de su identidad y de su inclusión en el grupo. No se los trata como “personas con capacidades especiales”, con las que uno debe esforzarse para incluirlos en el grupo, sino como a semejantes con características particulares, cosa que en mayor o menor medida nos pasa a todos, sin por eso pretender borrar las diferencias.<br />Es importante educar en estas diversidades del cuerpo, y en las diversidades de sentido que el cuerpo plantea. El cuerpo es una construcción simbólica y sus significados varían con cada individuo. “El cuerpo no existe en el estado natural, siempre está inserto en la trama del sentido,…” “…Por otra parte, el hecho de que el cuerpo sea una construcción simbólica aclara los mecanismos de eficacia simbólica sin tener que recurrir obligatoriamente al dualismo psyché-soma, como hace Claude Lévi-Strauss en un clásico artículo sobre el tema.” Se refiere al capítulo X, “La Eficacia Simbólica” del libro “Antropología Estructural” publicado en 1958. En este capítulo, Lévi-Strauss cuenta la experiencia de un chamán auxiliando a una parturienta de la etnia Cuna de Ecuador, a quien guía a través de un mito compartido por la comunidad, otorgándole sentido a los dolores de la mujer y llevando el parto a buen puerto.<br />Por eso, ante esa multiplicidad de sentidos, Le Breton expresa: “El cuerpo es una dirección en la investigación, no una realidad en sí.” (D. Le Breton, idem). El planteo sociológico de Le Breton apunta a que la realidad concreta del cuerpo no puede ser tomada como universal en cuanto a sus sentidos y significaciones, ya que ese intento de universalidad, propio de la modernidad, es el que sostiene en definitiva el discurso médico, donde el cuerpo es solamente algo biológico, como una máquina que debe ser mantenida, y, en lo posible mejorada, con medicamentos: pastillas para dormir, pastillas para estar despiertos, pastillas para el dolor, pastillas para la ansiedad, pastillas para la depresión, pastillas para sentirse bien, pastillas para ser feliz, pastillas para gozar sexualmente, pastillas para todo lo que este cuerpo así postulado me demande, bombardeándome con sus necesidades y distrayéndome de mi ocupación que es…bueno, vaya uno a saber qué es de lo que cada uno cree que se ocupa.<br /><br />La pregunta por el cuerpo hoy, nos lleva a pensar en la coexistencia de diferentes concepciones del cuerpo, aún en un mismo individuo y en momentos sucesivos y aún simultáneos. “…el cuerpo es el lugar y el tiempo en el que el mundo se hace hombre inmerso en la singularidad de su historia personal, en un terreno social y cultural en el que abreva la simbólica de su relación con los demás y con el mundo”. (D. Le Breton, idem). Aparece lo singular como expresión de lo cultural, de lo colectivo, de lo social. Personas que confían en su traumatólogo hacen también consultas astrológicas y ante la inminencia de una cirugía muchos recurren a la acupuntura o combinan prácticas tan dispares como tomar pastillas diversas “por indicación médica” con terapias de cristales o piedras, y simultáneamente concurren a consultas psicológicas mientras toman Flores de Bach. Todo esto sin que las contradicciones implícitas entre estas prácticas le produzcan un conflicto de sentidos. Distintas concepciones del cuerpo coexisten y se yuxtaponen, cambian día a día formando una red intrincada de significados no siempre perennes, que se verán sujetos a redefinición de acuerdo a la eficacia que le otorguemos a las técnicas probadas como platillos en un restaurant. De algún modo, seguimos consumiendo “cuerpo” sin reflexionar en ello, y esa actitud nos consume.<br />Indagar e investigar sobre las concepciones del cuerpo, es un trabajo de dilucidación ideológica difícil, por estar el cuerpo humano naturalizado y lleno de obviedades aparentes en las que estamos inmersos. La obra del Dr. David Le Breton plantea “una dirección en la investigación” que permite otras miradas y una apropiación de nuestra existencia corporal que, en definitiva, sostiene nuestra condición humana. </span><br /><p><span style="color:#ff6600;"><span style="color:#009900;">TRAYECTORIA<br />David LE BRETON es profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Ciencias Humanas Marc Bloch de Estrasburgo, Francia. Nacido en el país galo en 1953, es Doctor en 3º ciclo de Sociología (Dir. Jean Duvignaud), Universidad de Tours (1982), y Doctor de Estado en Sociología (Dir. Pierre Ansart), Universidad Paris 7-Jussieu (1988). Miembro del Instituto Universitario de Francia desde 2006.<br />Además de tesis, investigaciones y colaboraciones, ha escrito una importante cantidad de obras referidas a la sociología y la antropología del cuerpo humano.<br />En el CV que ha enviado figuran 21 libros, de los cuales enumeraremos sólo algunos:<br />- “Cuerpo y Sociedad. Ensayo de Sociología y de Antropología del Cuerpo”, Paris, Méridiens-Klincksieck, 1985 (agotado).<br />- Antropología del Cuerpo y Modernidad, Paris, PUF, Colección "Sociología de Hoy", 1990; (6º edición actualizada: 2003, colección Quadrige) (Traducción árabe, Beirut, 1993; traducción argentina, Buenos-Aires, 1995 ; traducción coreana en 2003 ; traducción rumana, 2003 ; traducción italiana, Milán, 2007)<br />- La Sociología del Cuerpo, Paris, colección "Que-sais-Je ?", PUF, 1992 (5º edición 2002) (traducción coreana, 1999 ; traducción española, Buenos-Aires, 2002 ; traducción brasileña, 2006 ; traducción italiana en proceso).<br />- Antropología del Dolor, Paris, Métailié, Colección: "Traversées", 1995 (3º edición 1999) (traducción española, Madrid, 1999 ; traducción en Alemania, 2003 ; traducción en proceso en Italia).<br />- El Silencio, Paris, Métailié, Colección « Traversées », 1997 (traducciones portuguesa, 1999; rumana, 2000; española, 2001).<br />- Las Pasiones Ordinarias. Antropología de las Emociones, Paris, Armand Colin, Colecctión « Chemins de traverse », 1998 (reedición en la Petite Bibliothèque Payot en 2004). (Traducción española, Buenos Aires, 1999 ; traducción en proceso en Brasil).<br />- Adiós al Cuerpo, Paris, Métailié, colección « Traversées », 1999 (traducción brasileña, 2003 ; traducción mexicana, 2007).<br />- Elogio de la Caminata, Paris, Métailié, 2000 (traducciones coreana, 2001 ; italiana, 2001 ; turca en 2004)<br />- Conductas de Riesgo. De los juegos de la muerte a los juegos de la vida, Paris, PUF, « Quadrige », 2002 (traducción en curso en Italia y en Brasil).<br />- La piel y la Marca. Sobre las heridas de la identidad, Paris, Métailié, 2003 (traducción italiana, 2004).<br />– El Sabor del Mundo. Una Antropología de los Sentidos, Paris, Métailié, 2006 (traducción italiana, Milan, 2007 ; traducción española, Buenos Aires, 2007).<br />– En sufrimiento. Adolescencia e ingreso en la vida, Paris, Métailié, 2007.<br /><br /></span></span></p><p><span style="color:#ff6600;"></p></span>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-17683215602037564732009-06-01T05:16:00.000-07:002009-06-25T11:43:58.030-07:00DAVID LE BRETON:«Siento, luego existo»<span style="color:#009900;">Por Carlos Trosman<br />Psicólogo Social, Diplomado en Corporeidad.<br />Publicado en Kiné, la revista de lo Corporal, Nº 86 de abril de 2009.<br /><br />Publicamos a continuación fragmentos de la Clase Magistral dictada por el profesor David Le Breton en el IIIº Congreso « El Cuerpo Descifrado » en México DF en octubre de 2007 : « Ensayo para una Antropología de los Sentidos ».<br /></span><br /><span style="color:#ff6600;">Las percepciones sensoriales como simbolización del mundo<br />« El mundo es la emanación de un cuerpo que lo penetra. »<br />« La antropología de los sentidos se apoya en la idea de que las percepciones sensoriales no surgen sólo de una fisiología, sino ante todo de una orientación cultural que deja un margen a la sensibilidad individual. »<br />No hay un mundo que pudiéramos percibir tomando distancia sin estar impregnados de sus emanaciones y que un observador indiferente podría describir con total objetividad. No hay otro mundo que el de la carne. El cuerpo es un filtro semántico. Nuestras percepciones sensoriales, enredadas con las significaciones, marcan los límites fluctuantes del entorno donde vivimos. La carne siempre es impactada por una forma de pensar el mundo, una manera del sujeto para situarse y actuar dentro del entorno, que es interior y exterior a la vez. El relevamiento del mundo no es solamente una cuestión del pensamiento, sino también de los sentidos. Antes del pensamiento, y por lo tanto mezclados con él, están los sentidos. No podemos afirmar con Descartes « pienso, luego existo », y denigrar los sentidos como inagotables fuentes de error o como escorias que sólo tienen un status menor en la relación con el mundo. « Siento, luego existo » es otra manera de instalar que la condición humana no es totalmente espiritual, sino, y en primer lugar, corporal. Entre la carne del hombre y la carne del mundo no hay ruptura, sino una continuidad sensorial siempre presente que responde simultáneamente a una continuidad de significaciones. Las percepciones sensoriales parecen la emanación de la intimidad más secreta del sujeto, pero están social y culturalmente fabricadas. La experiencia sensorial y perceptiva del mundo se instaura en la relación recíproca entre el sujeto y su entorno humano y ecológico. La experiencia de los ciegos de nacimiento, que descubren tardíamente la visión después de una operación de cataratas, es reveladora de los aprendizajes infinitesimales que son necesarios para ver. La aptitud de ver parece fluir con la naturalidad de un manantial para quienes no padecen de ceguera, pero por el contrario, es el resultado de un complejo aprendizaje. Estos hombres o estas mujeres a quienes se les abren los ojos repentinamente sobre el mundo, son incapaces de comprender y de organizar aquello que ven. Las formas, las distancias, la profundidad, las dimensiones, no tienen para ellos ningún sentido. Se estrellan contra un caos que los aterroriza, y que les llevará muchos meses domesticar. Tienen que aprender a ver, y no solamente a abrir los ojos. Ciertos ciegos descriptos por Van Senden (1960) se sienten aliviados de volver a la ceguera para no tener que batallar más contra lo visible. Descubren con espanto la inmensidad del mundo que los envuelve como una insoportable profusión en donde piensan que jamás sabrán desenvolverse. En tanto que no hayan integrado los códigos, los nuevos videntes devienen ciegos a las significaciones de lo visual, porque han recobrado la vista pero no su uso. Algunos asimismo rehúsan abrir los ojos y continúan moviéndose como antes, con la ayuda del tacto, del oído, de sensaciones térmicas, kinestésicas, olfativas.<br />La experiencia perceptiva de un grupo se modula a través de la sucesión de intercambios con los otros. Las discusiones, los aprendizajes específicos, modifican o afinan las percepciones que nunca están congeladas por la eternidad, sino que permanecen siempre abiertas a la experiencia y ligadas a una relación presente con el mundo. Una modesta experiencia de enología por ejemplo, devela en pocos días una infinidad de matices sensoriales que el individuo no pudo siquiera percibir en su jarra de vino. Antes del pensamiento o de la acción, siempre están los sentidos y el sentido, una manera para el actor de ser atravesado por su entorno de una manera comprensible. Del mismo modo que hay mucho para ver, para escuchar, para degustar, para tocar, o sentir, en una palabra, mucho de todo para comprender, la mayor parte del tiempo la vida transcurre justamente en la indiferencia de aquello que no ha podido ser percibido, a menos que la curiosidad haga que el sujeto preste más atención.<br />La dimensión de los sentidos evita el caos. Las percepciones son justamente la consecuencia de la selección efectuada sobre el flujo sensorial que baña al hombre. Los sentidos se deslizan sobre las cosas familiares sin prestarles atención en tanto no sea necesario. La categorización es más o menos laxa y no desea producir esfuerzos de comprensión suplementaria.<br />La abundancia del mundo no es equivalente a la abundancia del lenguaje, siempre las percepciones están en deuda con todo aquello que podríamos percibir. El individuo fracasa en capturar todo, y esa es su posibilidad. Siempre hay más para ver, para escuchar, para sentir, para degustar o para tocar, y aún más, lo real nunca es solamente un teatro de proyecciones de significados que necesitamos percibir, sino también, y en primer lugar, es algo que debemos crear. Esta creación supone un recorte aplicado a escenas visuales, olfativas, gustativas, táctiles, auditivas. La concepción del mundo está sostenida por una cultura, y esparcida en cada uno de sus miembros, y no cesa de marcar una frontera entre lo visible y lo invisible, lo olfativo y lo inodoro, lo gustoso y lo insípido, lo audible y lo inaudible, lo táctil y lo insensible. Los desacuerdos de la percepción son solamente conflictos de interpretación, y traducen los desacuerdos del mundo. Las percepciones sensoriales dibujan un mundo de significaciones y de valores, un mundo de connivencia y de comunicación entre los hombres. El hombre de ningún modo es un ojo, una oreja, una mano, una boca o una nariz, sino más bien una mirada, una escucha, un toque, una probada, una olisqueada, vale decir una actividad. En todo momento instituye el mundo sensorial donde esá inmerso como un mundo de sentidos y de valores. La percepción no es una coincidencia con las cosas, sino una interpretación. No es lo real lo que los hombres perciben sino un mundo de significaciones. Todo hombre camina en un universo sensorial ligado a aquello que su historia personal ha hecho de su educación. Los sentidos no son « ventanas » al mundo, « espejos » dispuestos para reflejar las cosas con total indiferencia respecto de las culturas o de las sensibilidades, son filtros que retienen en su tamiz aquello que el individuo ha aprendido a incorporar o que busca identificar movilizando para ello sus recursos. Las cosas no existen en sí mismas, siempre son investidas de una mirada, de un valor que las vuelve dignas de ser percibidas. La configuración y el límite del despliegue de los sentidos pertenece al trazado de la simbología social. Estamos inmersos en un entorno que no es otra cosa que lo que percibimos. El hombre ve, oye, siente, gusta, toca, prueba la temperatura ambiente, percibe el rumor interior de su cuerpo, y eso hace que el mundo sea una medida de su experiencia, lo vuelve comunicable a los otros inmersos como él en el sentido del mismo sistema de referencias sociales y culturales. La percepción adviene de los sentidos. Las significaciones que se ligan con las percepciones están marcadas de subjetividad : encontrar un café dulce o el agua de mar más bien fría, por ejemplo, suscita a menudo un debate que demuestra que las sensibilidades de unos y de otros no son exactamente homologables, que hay matices aún cuando la cultura sea compartida, pues sentir nunca se da sin que se pongan en juego significados. </span>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-78961246506986598952009-06-01T05:03:00.001-07:002009-06-25T11:43:58.030-07:00DAVID LE BRETON: “PENSAR EL CUERPO ES PENSAR EL MUNDO”. Por Carlos Trosman<a href="mailto:carlostrosman@gmail.com"><span style="color:#009900;">carlostrosman@gmail.com</span></a><span style="color:#009900;"><br /><br /></span><div align="left"><span style="color:#ff6600;"><strong><span style="color:#009900;">Publicado en la revista TOPIA, Psicoanálisis y Cultura en abril de 2009.<br /></span></strong><br /><br />David Le Breton es doctor en Sociología de la Universidad París 7 y miembro del Instituto Universitario de Francia. Profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Ciencias Humanas Marc Bloch de Estrasburgo, ha escrito innumerables artículos y colaboraciones, y más de 20 libros (traducidos a los más diversos idiomas), en relación a la temática del cuerpo humano y su construcción social y cultural. Algunas de sus obras han sido traducidas al español: “Antropología del Cuerpo y Modernidad”; “La Sociología del Cuerpo”; “Antropología del Dolor”; “El Silencio”; “Las Pasiones Ordinarias. Antropología de las Emociones” y “Adiós al Cuerpo”.<br />En octubre de 2005, durante la realización del II Congreso de Artes, Ciencias y Humanidades “El Cuerpo Descifrado” en México DF, al que concurrí, el Dr. Le Breton dictó una Conferencia Magistral titulada “Adiós al Cuerpo”, basada en su libro homónimo. Los conceptos allí expresados (en los cuales está inspirada esta nota), advierten acerca del avance de una ideología que toma al cuerpo como “un lugar de sospecha” que es necesario rehabilitar. Si bien esta visión del cuerpo asociado al pecado es historia antigua fomentada por varias religiones, ahora el nuevo dios es la tecnología. Y este nuevo dios opone un “cuerpo imperfecto a una tecnología perfecta”, proponiendo un cuerpo que se adapte a las circunstancias, como una materia prima que se modela según las modas. Y como las modas cambian, “el cuerpo no sostiene mi identidad sustancial, sino mi identidad circunstancial”, que por supuesto cambiará. Desde esta visión el cuerpo es algo superfluo, accesorio, y plantea un dualismo laico: el hombre opuesto al cuerpo.<br />La ideología de los ’60 era cambiar el mundo, mientras que la actual es cambiar mi cuerpo. Hay un exagerado auge de cosméticos y ejercicios para modificar el cuerpo: “al cambiar su cuerpo, el individuo busca cambiar su existencia.” Esta tiranía de la imagen se aplica más a las mujeres, pero todos somos víctimas, ya que “el individuo toma cuerpo en su cultura”. Y la cultura actual propone un cuerpo sometido a diseño, tanto desde aspectos cosmetológicos como tecnológicos, oponiéndose ferozmente a la determinación de la biología. El cuerpo es considerado hoy día como una “prótesis de la identidad”, del que hay que tomar posesión agregándole la marca propia, como los tatuajes, los piercings u otras prácticas que marcan el cuerpo. Éstas pueden interpretarse como una especie de “código de barras” que hacen único al sujeto. -He visto en el cuello de un joven un tatuaje que representaba un código de barras y, al acercarme para observarlo mejor, noté que los números grabados eran su fecha de nacimiento. Me corrió un escalofrío: ¿cuánto tardaría la legislación internacional en volver obligatoria esa práctica en reemplazo de los documentos de identidad?- Las cirugías estéticas nos indican que la anatomía ya no es el destino que planteaba Freud: ahora aparece como un destino revocable, como si existiera la posibilidad de ser otro, de liberarse de lo biológico para darse identidad. Como en el caso del transexual, donde el sexo es tomado como una decisión y no como un destino anatómico.<br />La Tecnociencia, quizás inspirada en discursos puritanos que desprecian al cuerpo, plantea que el cuerpo es algo imperfecto que es necesario corregir o eliminar. Este discurso, proveniente en especial de los U.S.A., quiere instalar el concepto del cuerpo como algo arcaico, “una reliquia de la humanidad”, al que se le reprocha su vulnerabilidad, porque no es tecnológico. Esta ideología propone la manipulación genética, la gestación sin sexualidad, los niños de probeta y la tecnología por encima de la condición humana, estableciendo exámenes en el nacimiento que funcionan como control de calidad para entrar en la vida con cuerpos perfectos. “Este rechazo del cuerpo es sobre todo rechazo al cuerpo de la mujer, porque la mujer es un cuerpo. La mujer vale lo que vale su cuerpo y el hombre es lo que su cuerpo hace, su obra.”<br />La “cybercultura” alienta la idea de una “posthumanidad”, propone “deshacerse del cuerpo para llegar a una humanidad gloriosa.” Los “internautas” (quienes navegan por Internet) se sienten encerrados en un cuerpo pesado; la comunicación sin cuerpo a través de las computadoras favorece la multiplicación de identidades. El cuerpo es un dato opcional y ese mundo virtual está abierto a mutantes que inventan su cuerpo. “Es un paraíso sin cuerpos, como todo paraíso. Un Paraíso en la tierra en un mundo sin espesor, sin que la carne lo obstaculice.” El rostro es el lugar de la responsabilidad, y en internet no hay rostros. Esto favorece el lugar de la máscara, de la simulación. “No se aplica el principio de realidad al ciberespacio y todos están dispuestos a creer en la información que se les da. La identidad se disuelve. Es la desaparición del otro, “el texto reemplaza al sexo, la pantalla reemplaza al cuerpo, es como una sexualidad angelical porque no hay contacto físico.” “El cibernauta abandona la prisión del cuerpo para entrar a un mundo de sensaciones digitales.” El cuerpo físico se vuelve sólo una<br />necesidad antropológica, como la última frontera a abatir para deshacerse de los restos de la naturaleza. Internet es la carne y el sistema nervioso de los que desprecian su cuerpo y el cuerpo está fuera de moda en este universo de tecnologías.<br />Existe en USA una comunidad internáutica llamada “Extropianos” (en oposición a la entropía). Para conseguir la inmortalidad intentan reconstruir el cerebro en una computadora y dejar de lado el cuerpo. Proponen “guardarse en un diskette y pasarse a una máquina”, reemplazando al cuerpo por una computadora. El lema de esta comunidad es “Somos la última generación que va a morirse.”<br />Timothy Leary declaró que “Internet libera al hombre de la esclavitud del cuerpo. Los encuentros físicos se reservarán para las grandes ocasiones, casi sagradas.” Y propone viajar por el mundo sin salir físicamente de la habitación.<br />Es el advenimiento de una era post-biológica, atisbada por Blas Pascal en el siglo XVIII cuando escribió: “Morir después de haber acumulado lo suficiente para resolver un problema es deprimente.” “Todo lo que podríamos hacer si no tuviéramos cuerpo.”<br />Proponen un universo post-biológico, post-humano y post-evolucionista, donde el cuerpo sea un cuerpo biónico adaptado a los desafíos contemporáneos, porque “la carne superflua limita el actual desarrollo tecnológico de la humanidad.”<br />Phillip K. Dick, el escritor de ¿ciencia ficción? que publicó el cuento “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”, en el que se inspiró Ridley Scott para realizar su film “Blade Runner”, escribió: “Algún día, un humano le disparará a un robot que perderá sangre y lágrimas y que le disparará al hombre, del que saldrá humo.”<br /><br />Esta tecnociencia piensa al cuerpo y al mundo desde un discurso que desprecia la condición humana, obsoleta y descartable para esos valores, con lo cual aumenta las diferencias y la exclusión. Es un discurso en el fondo religioso, ya que anuncia el advenimiento del Reino Tecnológico y anula al cuerpo a favor del espíritu (o cyber-espíritu). Considera a la humanidad inferior por no ser cyborg, y plantea que el progreso tecnológico va junto con el progreso moral. Empero, ocurre exactamente al revés, ya que con frecuencia el empleo de la tecnología es inmoral. Sobran ejemplos: el control forzado o encubierto de la natalidad en los países del Tercer Mundo, la experimentación con vacunas y tecnología médica en pueblos carenciados, la bomba atómica, las armas químicas y la sociobiología que pretende justificar las diferencias sociales y otras cuestiones del comportamiento humano invocando causas químicas o genéticas.<br />Olvida la ambivalencia de la condición humana y la compatibilidad del deseo con el deseo de los otros. Propone una humanidad sin cuerpo, lo que sería una humanidad sin sensorialidad, sin sabor. Estas ideologías piensan un mundo donde el ser humano es una criatura demasiado imperfecta para las exigencias de eficiencia que necesita el neoliberalismo, sembrando promesas para el mañana que jamás se cumplen y olvidando que hay excluidos que ni siquiera conocen internet.<br />“Pensar el cuerpo es pensar el mundo; es un tema político mayor. Es un factor importante para pensar en las sociedades contemporáneas.”, advierte Le Breton.<br />Las sociedades que pueden prescindir de sus individuos, fomentando la exclusión, pueden también plantearse prescindir del cuerpo.<br />Las sociedades que procuran la perfección tecnológica del ser humano, aún desde los discursos médicos de prevención de las enfermedades genéticas, también fomentan la exclusión, siguiendo la quimera de la “raza perfecta” que, sabemos, lleva al totalitarismo y a la guerra, pensando al otro como un ser “biológicamente inferior”.<br />Las sociedades que proponen la digitalización del ser humano y su almacenamiento en computadoras como una forma de inmortalidad, continúan dando pasos agigantados hacia la dominación global de la humanidad porque: ¿quién manejará esas computadoras?<br />El sabor del mundo es variado, como la vida, y ese es el secreto de su maravilla.<br />Anestesiar el dolor del ser es también anestesiar el placer y la creación.<br />Pretender controlarlo todo es ahogar lo impredecible de la condición humana, a partir de la cual se generan los cambios propios de la vida, las luchas por las utopías y por la justicia y el respeto del cuerpo que también somos.<br /><br />Carlos Trosman.-</span></div>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-65353460369114598102009-05-13T11:26:00.000-07:002009-06-29T07:22:43.547-07:00En la Feria del Libro<a href="http://3.bp.blogspot.com/_eTI4zjOLgbY/SgsQ-KrhroI/AAAAAAAAACs/I4bfL1FoBq0/s1600-h/breton+feria.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5335376843755335298" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_eTI4zjOLgbY/SgsQ-KrhroI/AAAAAAAAACs/I4bfL1FoBq0/s320/breton+feria.JPG" border="0" /></a> En la presentación del libro "El sabor del mundo", junto a Elina Matoso y Carlos Trosman.<br /><div></div>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-9419176840088363852009-05-06T05:36:00.000-07:002009-06-29T07:23:30.734-07:00En la Manzana de las Luces.<a href="http://1.bp.blogspot.com/_eTI4zjOLgbY/SgGEX6tOKCI/AAAAAAAAACE/xHLxzoPVg5w/s1600-h/breton1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5332688980214163490" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_eTI4zjOLgbY/SgGEX6tOKCI/AAAAAAAAACE/xHLxzoPVg5w/s320/breton1.jpg" border="0" /></a> David Le Breton junto a Mario Buchbinder, Elina Matoso, y otros miembros del Instituto de la Máscara.<br /><div></div>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-51319231519404736932009-05-06T05:32:00.000-07:002009-06-29T07:22:02.046-07:00En la facultad de Filosofía y Letras de la UBA<div align="center"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_eTI4zjOLgbY/SgGDV0MtsII/AAAAAAAAAB8/DVGNx3ZmjOw/s1600-h/breton2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5332687844595839106" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_eTI4zjOLgbY/SgGDV0MtsII/AAAAAAAAAB8/DVGNx3ZmjOw/s320/breton2.jpg" border="0" /></a> David Le Breton junto a Elina Matoso. </div><div align="center">Seminario: Imaginarios e Itinerarios del cuerpo .</div>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-56103920741871763502009-05-05T08:44:00.001-07:002009-06-29T07:25:49.338-07:00ENTREVISTA EN PÁGINA 12 AL SOCIOLOGO Y ANTROPOLOGO DAVID LE BRETON<div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#009900;">“Todo lo que está en el mundo pasa por el cuerpo”<br /></span></strong><em><span style="color:#009900;">El autor francés presentó su libro El sabor del mundo. Una antropología de los sentidos, donde profundiza su ponderado estudio de la corporalidad humana como fenómeno social y cultural. Su teoría, dice, le permite dar cuenta de la heterogeneidad de la sociedad actual</span>.</em></div><em></em><br /><span style="color:#009900;">Por Alina <span style="font-family:georgia;">Mazzaferro</span></span><span style="font-family:arial;"><br /></span><br /><span style="color:#ff6600;">Desde su llegada, David Le Breton ha causado una pequeña gran conmoción dentro del mundillo académico porteño. Un centenar de<span style="font-family:georgia;"> personas</span> lo siguen, desde hace dos semanas, en su itinerario de conferencias programadas en distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires. Porque el sociólogo y antropólogo francés ha venido a dictar un seminario intensivo de doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y mientras tanto aprovechó para presentar su libro El sabor del mundo. Una antropología de los sentidos en la Feria del Libro, dar una charla en la Manzana de las Luces y participar del coloquio internacional dedicado a la obra de Roger Caillois que recientemente organizó la Alianza Francesa y la Embajada de Francia en la Argentina.<br />El interés que ha suscitado su obra –al menos la que aquí ha sido traducida y publicada, que son siete libros de una extensa producción que incluye más de veinte– revela el creciente atractivo de un campo de estudio que hace dos décadas tenía pocos adeptos: la sociología del cuerpo. Porque Le Breton, de formación sociólogo y psicólogo, se dedica hace más de quince años a estudiar la corporalidad humana a la que entiende no como mera biología sino, por el contrario, como “fenómeno social y cultural, materia simbólica, objeto de representaciones y de imaginarios”. Para él no hay nada natural en el cuerpo: los gestos y posturas corporales, el modo en que cada uno ve, oye y percibe el mundo que lo rodea, las maneras en que se sufre y se goza, las formas de relacionarse y comunicarse con los otros, hasta las emociones y todo el conjunto de las expresiones corporales son modelados por el contexto social y cultural en el que cada actor se encuentra sumergido.<br />Así, Le Breton se ha encargado de estudiar las diferentes concepciones del cuerpo de la sociedad tradicional y la moderna, según múltiples puntos de vista: desde los ritos de interacción en distintas sociedades y épocas hasta los juegos de la seducción y los modos diferenciales en que el hombre y la mujer expresan sus sentimientos; desde las prácticas del piercing y del tatuaje hasta el arte contemporáneo que involucra al cuerpo como material estético; desde el cuerpo del discapacitado hasta los homogéneos cuerpos cinematográficos y televisivos; desde la bulimia y la anorexia hasta todo el conjunto de preocupaciones actuales por la belleza, la salud y la apariencia.<br />Todo un campo de estudio se le abre frente a sus ojos a partir de considerar al cuerpo como materia simbólica en lugar de pura biología. Antropología del cuerpo y Modernidad (Nueva Visión, 1995), el primero de sus libros publicado en la Argentina y el más conocido aquí, es para el autor una suerte de “caja de herramientas” que le ha permitido desarrollar el resto de su obra. Allí presenta en cada capítulo las temáticas que luego abordará en profundidad en posteriores libros: el estudio de los sentidos es desarrollado en El sabor del mundo... (Nueva Visión, 2007); de las emociones se ocupa en Las pasiones ordinarias. Antropología de las emociones (Nueva Visión, 2002); el dolor y el sufrimiento es objeto de análisis en Antropología del dolor (Seix Barral, 1998); la invención moderna del cuerpo en tanto objeto separado del ser que lo porta y la historia de la anatomía son trabajados en La chair au vif (En carne viva, aún no ha sido traducido); el tema del rostro y la máscara es estudiado en Des visages. Essai d’antropologie (Los rostros. Ensayo de antropología, tampoco ha sido traducido); mientras que los cuerpos de un mundo volcado cada vez más sobre la tecnología son analizados en Adiós al cuerpo. Una teoría del cuerpo en el extremo contemporáneo (Nueva Visión, 2002). Además, Le Breton ha publicado una breve, esquemática pero útil genealogía de las teorías que se han ocupado del cuerpo –La sociología del cuerpo (Nueva Visión, 2002)–, en donde recorre todas las corrientes sociológicas, filosóficas y antropológicas que histórica, implícita o explícitamente han abordado las lógicas sociales y culturales del cuerpo, los imaginarios en torno de él, el control político de la corporalidad (trabajado especialmente por Michel Foucault) o los vínculos entre el cuerpo y las clases sociales (tarea encarada principalmente por la sociología de Pierre Bourdieu a partir de su noción de habitus).<br />Lo cierto es que el abordaje de Le Breton está en los antípodas de la obra de Foucault, Bourdieu o de autores post-marxistas que han encarado el estudio del cuerpo a partir de su situación de clase. Le Breton desconfía de la microfísica del poder que supondría un control invisible y diseminado en todos los ámbitos de lo social de las acciones corporales; tampoco cree en la existencia de un habitus de clase (esas disposiciones que con el tiempo vamos adquiriendo a partir de la experiencia). Para una buena parte de la intelectualidad argentina, estas sospechas y descartes pueden resultar incómodos, teniendo en cuenta el arraigo que esos autores tienen todavía aquí. Pero Le Breton viene de otro palo académico. En estas dos semanas en Buenos Aires se ha ganado un público y molestado a otro para el que la experiencia humana sólo tiene sentido en términos de clase. Le Breton dice inscribirse en una corriente de pensamiento muy distinta, de tradición norteamericana: el interaccionismo simbólico, representado por el sociólogo Erving Goffman, considerado el padre de la microsociología. Porque a Le Breton le interesa estudiar individuos y no clases cerradas y homogéneas, y esta teoría le permite dar cuenta de la heterogeneidad del mundo social contemporáneo. Así lo expresó en una extensa y profunda charla con Página/12.<br /><strong>–¿Cómo comenzó a preocuparse por el cuerpo?</strong><br />–Escribí sobre el cuerpo porque yo era un joven que se sentía mal en su propia piel. Estaba empezando a realizar mi tesis doctoral acerca de la construcción social y cultural del cuerpo cuando decidí partir a Brasil, con la voluntad de perderme, de desaparecer. Estuve allí durante meses, viajando a pie y en barco, atravesando todo el país, incluso el Amazonas, hasta que finalmente decidí volver a Francia para terminar mi tesis de sociología. Fue en esa época que empecé a escribir sobre las conductas de riesgo de los jóvenes y también acerca del cuerpo.<br /><strong>–¿En ese momento la sociología no prestaba atención al cuerpo?</strong><br />–El cuerpo había sido objeto de análisis de Michel Foucault, pero desde un punto de vista más histórico. El etnólogo François Loux ya había trabajado sobre el cuerpo en la sociedad popular francesa, pero en general la investigación acerca del cuerpo no era valorizada en esa época. Para muchos de mis colegas el cuerpo no era más que una forma biológica sobre la cual no había nada que decir. Por supuesto que en Gran Bretaña y Estados Unidos había un cierto número de sociólogos y antropólogos que ya trabajaban este tema, pero eran los comienzos. Yo intenté aplicar los criterios de análisis de la antropología cultural a la cuestión del cuerpo.<br /><strong>–¿Cómo se aborda una antropología del cuerpo?<br /></strong>–Se trata de interrogarse. Doy un ejemplo: la cuestión de los colores. Podríamos pensar que para verlos se trata solamente de utilizar los ojos; pero en realidad un niño va aprendiendo progresivamente a reconocerlos. Primero aprende a reconocer el rostro de su madre, de su padre, de los objetos que le son próximos, luego el jardín y la calle y el mundo que lo rodea. Si su padre lo estimula a reconocer las formas de las aves, lo hará. Lo que significa que nuestra mirada está orientada, al igual que nuestro oído y nuestro gusto.<br /><strong>–Entonces no hay nada natural, todo es construido culturalmente...</strong><br />–Exacto. Todo es construido culturalmente a través de la interacción de un niño con sus padres. Un niño que come siempre el mismo plato de arroz tendrá poco sentido del gusto. En cambio si una niña aprende a preparar y condimentar platos al lado de su madre será una gran cocinera, con un gran sentido del sabor.<br /><strong>–¿Esa es la tesis del libro que ha venido a presentar en la Feria del Libro?</strong><br />–En El sabor del mundo... me dediqué a comprender cómo vivimos en el mundo, porque todo lo que está en él pasa por el cuerpo: debemos escuchar el mundo, tocarlo, olerlo, sentirlo. No hay mundo más que a través del cuerpo. Nos acercamos al mundo a través de la mediación de los sentidos. Y no sólo los cinco sentidos que conocemos, que son los que heredamos de la tradición griega, sino también otros sentidos. Porque hay otras sociedades humanas con otras percepciones sensoriales.<br /><strong>–¿Algo similar sucede con las emociones?</strong><br />–En Las pasiones ordinarias... intento demostrar que todas las emociones provienen de la cultura. Quiere decir que hay una cultura afectiva dentro de la cual crecemos y dentro de la cual nos vamos a situar, con nuestros modos personales de ser, por supuesto, porque no somos clones ni robots. Siempre hay una variable personal en lo emocional, pero cuando pasamos de una cultura a otra vemos claramente cómo la cultura afectiva cambia, la manera en que los sujetos sentirán y demostrarán las emociones varía. Hay sociedades en las que los sujetos permanecen estoicos ante el dolor, porque la ritualización del dolor implica guardarse el sufrimiento para sí; y hay otras en las que las personas lloran, gimen, gritan ante el dolor.<br /><strong>–¿Y por qué el Adiós al cuerpo?<br /></strong>–¡No soy yo el que le digo adiós al cuerpo! En ese libro intento analizar el imaginario del cuerpo en el mundo de hoy, que considera que el cuerpo es insuficiente, imperfecto, que nos hace perder el tiempo; sobre él recae la muerte y la enfermedad, entonces se cree que si nos pudiéramos deshacer de él sería mejor. Se cree que la tecnología nos podrá liberar de la muerte, nos dará una juventud eterna, una creencia que reemplaza hoy a la que planteaba la existencia de un Dios y una eternidad en el paraíso. Intento comprender el porqué de esa exigencia de transformar el cuerpo en el mundo contemporáneo, por qué hay que hacer siempre régimen y deportes, por qué no tenemos más derecho a ser nosotros mismos y estar a gusto en nuestra piel.<br /><strong>–¿Cuáles son los problemas que esta creencia a favor de la tecnología nos traerá en el futuro?<br /></strong>–Veo una gran inequidad entre las sociedades más ricas y las más pobres. La tecnología del cyborg y la robotización se desarrollará entre los más ricos. Dentro de varios años asistiremos a esa fusión entre la tecnología y la carne, al desarrollo de la clonación, un mundo en el que elegiremos a nuestro hijo en una revista. Un mundo profundamente injusto, porque las tecnologías serán para los ricos y contribuirán a la inequidad.//</span><br /><p><span style="color:#ff6600;"></span></p><p><span style="color:#ff6600;"><a href="http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/2-13737-2009-05-04.html"><span style="color:#009900;">http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/2-13737-2009-05-04.html</span></a></p><br /><br /></span>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-77830689885958064512009-05-05T08:32:00.000-07:002009-06-25T11:43:58.030-07:00SUBNOTAS<div align="center"><span style="font-family:arial;font-size:130%;color:#009900;">La Ficha</span></div><span style="font-size:130%;color:#009900;"><div align="left"><br /><span style="font-family:arial;font-size:100%;color:#ff6600;">David Le Breton es doctor en Sociología formado en la Universidad de Tours, Francia, psicólogo –aunque nunca ejerció como tal– y profesor de la Universidad March Bloch de Estrasburgo. Autor de una veintena de libros, su preocupación ha sido siempre una sola: el cuerpo. Se ha ocupado del rostro, del dolor y el sufrimiento, de la gestualidad, de los sentidos, de las emociones y pasiones, acercándose a estos temas siempre desde una perspectiva antropológica, pues para él, como para toda una tradición francesa, no hay diferencia entre la antropología y la sociología. Con una herencia proveniente del interaccionismo simbólico así como también de la antropología cultural, Le Breton también se ha dedicado a investigar las conductas de riesgo de la juventud francesa. Cuando se le pregunta por qué las editoriales argentinas no se han interesado por publicar estas investigaciones, a diferencia de sus estudios acerca del cuerpo, contesta que encuentra este hecho “algo paradójico, teniendo en cuenta que se trata de una problemática que concierne a toda Latinoamérica” y cree que se debe a “razones políticas”. Además, Le Breton es autor de una novela policial –Mort sur la rute– y actualmente se encuentra trabajando sobre otra obra de ficción, así como también en un nuevo abordaje antropológico, esta vez sobre la voz. Prolífico autor –acaba de terminar un libro acerca de la diferencia entre el dolor y el sufrimiento-, Le Breton aprovechó su estadía en la Argentina para gestionar la publicación local de sus obras que aún no han sido traducidas al español. Aparentemente, algunas editoriales se habrían interesado en En souffrance. Adolescence et entrée dans la vie, una aproximación antropológica a las conductas de los jóvenes, y Des visages. Essai d’antropologie, un intento por comprender la construcción social y cultural del rostro. Sus libros son de interés académico en el mundo entero, pues fueron traducidos a las más disímiles lenguas, desde el portugués y el alemán, hasta el árabe, el rumano y el coreano. Sin embargo, él considera que no sólo el especialista sino cualquiera puede acercarse a su trabajo, pues para él “la antropología y la sociología no deberían estar reservadas a un pequeño grupo de científicos sino al alcance de todos para que cada cual pueda comprender y ayudar a mejorar el mundo”.</span></div><p align="center"><span style="font-family:arial;font-size:100%;color:#009900;">* * *</span></p><p align="center"><span style="font-family:arial;color:#009900;">Los imperativos contemporáneos</span></p><p align="left"><span style="font-family:arial;font-size:100%;color:#ff6600;">“Hay innombrables representaciones del cuerpo que son simultáneas en nuestro mundo actual y radicalmente diferentes”, sostiene Le Breton cuando se le pregunta cómo considera al cuerpo contemporáneo. “Hay millones de personas –subraya– que no se preocupan por su cuerpo, para quienes el cuerpo es una evidencia, que por supuesto arreglan, peinan, pero no más que eso. Pero también hay otra gran cantidad de hombres y mujeres que buscan acentuar su cuerpo, persiguiendo los estereotipos de lo femenino y lo masculino: mujeres que quieren volverse más mujeres y para eso hacen gimnasia, régimen, se practican cirugías estéticas, utilizan la cosmética. Hoy asistimos a una mundialización del modelo de mujer, un imperativo de juventud, belleza y seducción. Por el otro lado tenemos a los hombres que buscan acentuar la apariencia de virilidad y aquí tenemos el culto a los músculos, el bodybuilding y el fisicoculturismo, una voluntad de mostrarse como hombres fuertes, con una suerte de sobrecuerpo que los protege de la complejidad del mundo. Y finalmente tenemos el movimiento trans: para los transexuales la pertenencia al género masculino o femenino es una decisión personal; no importa cuál sea nuestro cuerpo, podemos decidir si queremos devenir hombres o mujeres a través de las operaciones, cirugías estéticas, los procedimientos hormonales. Entre los trans hay quienes rechazan la noción de género, para ellos sólo existe el individuo. Además hay un cierto número de científicos, especialmente norteamericanos, que consideran al cuerpo como algo superfluo, obsoleto, pasado de moda, del cual sería mejor desembarazarse. Esta tendencia toma dos grandes direcciones: por un lado, el cyborg y la voluntad de adjuntar a la carne una cantidad de piezas informáticas que darán lugar a una posthumanidad que espera la inmortalidad y la eterna juventud. Por el otro, están los que, a partir del desarrollo de la web y de la computación, tienen la sensación de que el cuerpo ya no importa y de que lo único que importa es la información que tenemos en nuestro cerebro. Entonces si pudiéramos trasladar esa información a una máquina nos convertiríamos en esa máquina y, por lo tanto, devendríamos eternos, puesto que la máquina es fácilmente reparable o reemplazable.</span></p><p align="center"><span style="font-family:arial;font-size:100%;color:#009900;">* * *</span></p><p align="center"><span style="font-family:arial;color:#009900;">Para romper con las evidencias</span></p><p align="left"><span style="color:#ff6600;"><span style="font-family:arial;font-size:100%;">David Le Breton estuvo presente en la 35ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, donde presentó su libro El sabor del mundo. Una antropología de los sentidos (Nueva Visión, 2007). Con él estuvieron Carlos Trosman, docente en el campo de lo corporal y miembro fundador de la asociación Movimiento de Investigadores y Trabajadores Corporales para la Salud Argentina, y Elina Matoso, directora del Instituto de la Máscara y titular de la materia Teoría General del Movimiento de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, autora de El cuerpo, territorio de la imagen (Letra Viva, 2001) y El cuerpo, territorio escénico (Paidós, 1996). “Es importante una mirada como la del profesor Le Breton para no perdernos el sabor del mundo”, manifestó Trosman en su introducción a la obra del sociólogo francés. Mientras tanto, Matoso definió a Le Breton como un “hombre del laberinto a la búsqueda de los significados con los que se vive el mundo.” Pronto, el intelecto dio lugar a lo sensible y la lupa se puso sobre la piel, lugar de las cicatrices, heridas e inscripciones de la historia personal. El lenguaje se manifestó incapaz de revelar todos los aspectos de la percepción humana, considerada como otra forma de comunicación tan válida como la lengua. Hubo espacio para la poesía, porque el mundo para Le Breton es una “inmensa ficción”, construido por los sujetos en cada momento histórico. “No hay una realidad objetiva que podría ser descripta por los actores, el mundo se confunde con la percepción que tenemos de él”, explicó el teórico francés. “No somos ojos frente al mundo sino mirada, no somos orejas sino una escucha, no somos boca sino una gustación. Las percepciones sensoriales no son una ventana o espejo del mundo sino una actividad de interpretación por parte del actor, inserto en una trama social y cultural que su historia personal ha particularizado.” A partir de esta premisa teórica, empezaron a proliferar las historias y anécdotas: en una cultura lejana las personas ven muchos más colores que en Occidente; un ciego pudo por fin ver pero no mirar porque no había aprendido a ordenar el caos visual, como lo hacen los niños en los primeros años de vida; una sorda se suicidó al recobrar la audición porque para ella escuchar era sumergirse en un infierno de ruidos, pues desconocía el código mediante el cual el mundo sonoro cobra sentido. “El antropólogo debe romper con todas las evidencias en el mundo en que vivimos. Mostrar que a cada momento el mundo es una invención y que no hay nada más allá, no hay una realidad en sí misma a ser descifrada por la antropología. Más bien, la cultura es una inmensa ficción”, concluyó Le Breton.<br />//<br /></span></span></p><p align="left"><span style="color:#ff6600;"></span></p><p align="left"><span style="font-size:100%;color:#ff6600;"></span></p><p><span style="color:#ff6600;"></span><span style="font-size:78%;"><span style="font-size:100%;"></p><p align="left"><br /></span><br /></p></span><p><span style="font-size:100%;color:#000000;"></p><div align="left"><br /></span><em><strong><span style="font-size:100%;color:#000000;"><br /></div></span></strong></em></span><div align="left"></div>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-39775897606785892122009-04-20T05:10:00.000-07:002009-06-25T11:47:21.113-07:00Llegada<div align="center"><a href="http://1.bp.blogspot.com/_eTI4zjOLgbY/SexmbY9xaEI/AAAAAAAAABs/MYjRpqjR-kI/s1600-h/fotoblog.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5326745080016496706" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_eTI4zjOLgbY/SexmbY9xaEI/AAAAAAAAABs/MYjRpqjR-kI/s320/fotoblog.jpg" border="0" /></a><span style="color:#ff6600;"> 19 de abril de 2009</span></div><div align="center"><span style="color:#ff6600;">Mario Buchbinder, David Le Breton, Carlos Trosman y Elina Matoso.</span></div>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-69921701551146584722009-04-18T15:00:00.000-07:002009-06-25T11:47:21.113-07:00<span style="font-size:130%;color:#ff6600;">El Instituto de la Máscara, dirigido por el Dr. Mario Buchbinder y la Lic. Elina Matoso (profesora titular de la UBA), la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Bs. As y el Centro Franco Argentino, en carácter de Instituciones invitantes, anuncian las siguientes actividades que desarrollará el Dr David Le Breton en nuestro país.</span>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-21574687570229174912009-04-14T07:11:00.000-07:002009-06-29T07:18:33.920-07:00Cronograma de David Le Breton<a href="http://3.bp.blogspot.com/_eTI4zjOLgbY/SeSaIIAk1_I/AAAAAAAAAA0/gpVLS8BHgWI/s1600-h/breton.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5324550123838298098" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 213px; CURSOR: hand; HEIGHT: 208px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_eTI4zjOLgbY/SeSaIIAk1_I/AAAAAAAAAA0/gpVLS8BHgWI/s320/breton.JPG" border="0" /></a><br /><div align="center"><br /><span style="color:#009900;"><span style="font-size:130%;"><strong><em>Cronograma</em></strong> </span><br /></span><strong><span style="color:#009900;">13 al 30 de Abril 2009<br /></span><br /><span style="color:#009900;">Lunes 13 de abril<br /></span></strong></div><div align="center"><span style="color:#ff6600;">Paris - Santiago de Chile<br /></span></div><div align="center"><strong><span style="color:#009900;">Miércoles 15 de abril</span></strong><br /></div><div align="center"><span style="color:#ff6600;">Conferencia Universidad Católica de Valparaiso<br /></span></div><div align="center"><strong><span style="color:#009900;">Jueves 16 de abril</span></strong><br /></div><div align="center"><span style="color:#ff6600;">Santiago - Buenos Aires</span><br /><br /><span style="color:#009900;"><strong>Lunes 20, Martes 21, Miércoles 22 de abril</strong></span><br /></div><div align="center"><span style="color:#009900;"><strong>Seminario:</strong> Imaginarios e Itinerarios del cuerpo <strong>UBA</strong>.</span><span style="color:#ff6600;"> C. F. A. Facultad Filosofía y Letras. Prof. Anfitriona Lic. Elina Matoso<br />19 a 22 hs. /o 22,30 hs. Aula 126. Puan 470. Capital</span><br /><br /><span style="color:#009900;"><strong>Jueves 23 de abril<br /></strong></span></div><div align="center"><span style="color:#ff6600;">16.30hs: Participación del coloquio "Passages Caillois" en la Biblioteca Nacional<br /></span></div><div align="center"><span style="color:#009900;"><strong>Viernes 24 de abril<br /></strong></span></div><div align="center"><span style="color:#ff6600;">Buenos Aires – Montevideo. Presentan: Marcelo Vinar / Graciela Vigo</span><br /></div><div align="center"><span style="color:#009900;"><strong>Domingo 26 de abril</strong></span><br /></div><div align="center"><span style="color:#ff6600;">Montevideo - Buenos Aires<br /><br /></span><span style="color:#009900;"><strong>Lunes 27 de abril</strong></span><br /></div><div align="center"><span style="color:#009900;"><strong>Instituto de la Máscara:</strong></span><span style="color:#ff6600;"> Diálogo sobre "El cuerpo y la contemporaneidad" con el Dr. David Le Breton, el Dr. Mario Buchbinder, Lic. Elina Matoso.<br />Coordinador: Psic. Soc. Carlos Trosman.19, 30 a 22 hs.<br /></span></div><div align="center"><span style="color:#ff6600;"><br /></span><span style="color:#ff6600;"><strong>NOTA: Ante la masividad del público interesado, hubo que cambiar el lugar para este encuentro. El mismo se realizará en la Manzana de las Luces: Perú 272. Ciudad de Bs As.<br /></strong></span></div><strong><span style="color:#999900;"><span style="color:#009900;"></span></span></strong><div align="center"><strong><span style="color:#999900;"><span style="color:#009900;">Martes 28 y Jueves 30 de abril</span><br /></div></span></strong><div align="center"><span style="color:#ff6600;">Seminario: Imaginarios e Itinerarios del cuerpo UBA. C. F. A. Filosofía y Letras. Profesora Anfitriona Lic. Elina Matoso<br />19 a 22.hs. /o 22,30 hs. Aula 126. Puan 470. Capital<br /></span><br /><br /><span style="color:#009900;"><strong>Miércoles 29 de abril<br /></strong></span></div><div align="center"><span style="color:#ff6600;">20,30 a 22,30 hs. Dr. David Le Breton en la Feria del Libro: Conferencia y presentación del libro: "El Sabor del Mundo”. Ed. Nueva Visión. Participan: Lic. Elina Matoso. Psic. Soc. Carlos Trosman.<br /></span><br /><span style="color:#009900;"><span style="color:#ff6600;">Viernes 1 de mayo Buenos Aires - Paris</span> </span></div>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-12859327233643027442009-04-14T05:24:00.000-07:002009-06-29T07:18:33.920-07:00Seminario de Doctorado: Imaginarios e itinerarios del cuerpo<div align="center"><span style="color:#009900;"><strong>Universidad de Buenos Aires<br />Facultad de Filosofía y Letras<br />Secretaría de Postgrado<br />2009<br /></strong></span><br /><br /><span style="color:#009900;"><strong>Seminario de Doctorado<br /><br />Imaginarios e itinerarios del cuerpo<br /><br />Dr. David Le Bretón</strong> (Universidad Marc-Bloch de Estrasburgo)</span><a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=475543479279162677#_ftn1" name="_ftnref1"><span style="color:#009900;">[1]</span></a><span style="color:#009900;"><br /><br /><br /><strong>Fundamentos</strong><br /></span><br /><span style="color:#ff6600;">El presente Seminario profundiza en la temática del cuerpo, se propone analizar el creciente desarrollo en el discurso cientificista contemporáneo de una mirada que percibe al cuerpo como materia indiferente, reducido a un soporte biológico de la persona. Esta concepción ontológica convierte la corporeidad en un objeto manipulable.<br />La unidad fenomenológica del hombre aparece fragmentada en la representación científica contemporánea y en las realizaciones de la biomedicina. Para la tecnociencia, la especie humana parece teñirse de una corporeidad acorde a la humildad de su condición. El cuerpo es un lugar de dominio para la clase médica o la ingeniería, cuyo fin último sería llevarlo a la perfección buscando la corrección de la ciencia.<br />Así, el cuerpo es concebido como un Alter ego, objeto del rencor de los científicos, desprovisto de su carácter simbólico, sustraído de su valoración. Lo que funda su existencia no es la irreductibilidad de sus sentidos, de sus emociones y de sus valores sino la continua permutación de los elementos que lo constituyen y de las funciones que aseguran su funcionamiento.<br />La representación tecnocientífica se encamina por la vía de la desconfianza; ella instruye el proceso al cuerpo por medio de la constatación de la precariedad de la carne, de su falta de resistencia, de su imperfección en la aprehensión sensorial del mundo, del envejecimiento progresivo de las funciones y de los órganos, la falta de fiabilidad de sus capacidades y la muerte suspendida, albergada en el seno del dispositivo orgánico de la vida.<br />Para estas corrientes de la tecnociencia la especie humana aparece mancillada por sus propias condiciones; la reconstrucción del cuerpo humano, incluso su desaparición es la empresa a la cual se consagran los nuevos ingenieros de lo biológico. Este discurso de denigración reprocha al cuerpo su inadaptación al mundo, su vulnerabilidad, su disparidad demasiado evidente; despliega una voluntad de dominio desmedida sin cesar por la condición eminentemente precaria del hombre.<br />Esta visión biotecnológica que aísla al cuerpo y suspende al hombre como una hipótesis secundaria y sin duda despreciable, se confronta hoy en día a un cuestionamiento ético generalizado. Si el hombre no existe más que a través de las formas corporales que le traen al mundo, toda modificación de su forma implica otra definición de su humanidad. Si las fronteras del hombre están trazadas por la carne que lo compone, sustraer o añadirle otros componentes supone el riesgo de alterar su identidad personal y perturbar las marcas que lo conciernen a los ojos de los demás. Pensar el cuerpo es otra forma de pensar el mundo y el vínculo social; desde las percepciones del mundo como realidad social, como intersubjetividad; un trastorno introducido en la configuración del cuerpo es un desorden introducido en la coherencia del mundo, como veremos a lo largo de este Seminario.<br /> <br />Los estudios sobre estas concepciones de la corporalidad requieren de una interdisciplinariedad de ámbitos como el arte, la antropología, la sociología, la comunicación social, la filosofía, entre otros, para, desde una red conceptual, problematizar los supuestos acerca del cuerpo que constituyen el imaginario científico biotecnológico, asociado a la postmodernidad tardía.<br /><br /><br /><strong><span style="color:#009900;">Objetivos y modalidad de trabajo:</span><br /></strong><br />Los objetivos de este Seminario se orientan a:<br /><br />Presentar la diversidad de las representaciones que adquiere la corporeidad en la globalización y retomar los recorridos histórico-sociales que fueros constituyendo el itinerario del cuerpo en la modernidad.<br />Comprender las actividades perceptivas, y la “organización sensorial” que cada sociedad organiza.<br />Demostrar la relatividad de las emociones y su ritualización organizada según cada cultura.<br /></span> <br /><span style="color:#009900;"><strong>Organización del Seminario</strong></span><br /><span style="color:#ff6600;"><br />El Seminario se organizará en base a dos espacios de reflexión, el primero centrado en los estudios del Prof. David Le Bretón presentados por el mismo autor, y el segundo, constituirá un espacio de intercambio, articulación de la bibliografía del autor con las temáticas de interés de los participantes. Si se considera necesario se brindará bibliografía de otros autores que abordan temáticas similares, incluyendo especialmente estudios producidos en nuestro país, presentados por los docentes-investigadores de la cátedra y el proyecto UBACYT anfitrión, Elina Matoso y Silvia Citro. De esta forma, esperamos promover un diálogo entre perspectivas surgidas de contextos académicos e histórico-culturales disímiles, buscando enriquecer así nuestras reflexiones sobre la corporeidad en el mundo contemporáneo. <br /></span><br /><span style="color:#009900;"><br />El Seminario está destinado a graduados y tesistas de Doctorado de las carreras de Artes, Ciencias. Antropológicas, Letras y Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras, y carreras afines de otras Facultades de la Universidad de Buenos Aires y de otras Universidades e Institutos de Educación Superior (Terciarios).<br /></span><a title="" style="mso-footnote-id: ftn1" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=475543479279162677#_ftnref1" name="_ftn1"><span style="color:#009900;">[1]</span></a><span style="color:#009900;"> con la colaboración de la Profesora anfitriona: Prof. Tit. Elina Matoso y la Dra. Silvia Citro (Universidad de Buenos Aires -CONICET) (Cátedra Teoría General del Movimiento Carrera de Artes Facultad Filosofía y Letras (UBA) y UBACYT F821 Cuerpo y Multiculturalismo, UBA) y el Prof invitado Carlos Trosman<br /></span> </div>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-475543479279162677.post-78690064483127084252009-04-07T13:41:00.000-07:002009-06-29T07:20:24.591-07:00<a href="http://2.bp.blogspot.com/_eTI4zjOLgbY/Sdu6u5rV7QI/AAAAAAAAAAM/Y8t0brJiO2I/s1600-h/LeBreton_FeriaDelLibro[1].JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5322052699587734786" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_eTI4zjOLgbY/Sdu6u5rV7QI/AAAAAAAAAAM/Y8t0brJiO2I/s320/LeBreton_FeriaDelLibro%5B1%5D.JPG" border="0" /></a><br /><div></div>Fundado en 1975.Directores: Dr. Mario Buchbinder y Lic. Elina Matoso.http://www.blogger.com/profile/08650505665332133416noreply@blogger.com2